La enfermedad respiratoria bovina (ERB) es una de las patologías de mayor importancia económica en la industria ganadera a nivel global.(1-3) Se estima que el impacto económico mundial de la ERB es de más de 3.000 millones de dólares anuales y se debe a: las pérdidas de producción, el aumento de los costes laborales y veterinarios, la muerte de los animales afectados.(1,4,5)
Una mayor incidencia de ERB se correlaciona con una disminución de la ganancia de peso diaria media en los terneros en el engorde. Además, la presencia de la enfermedad tiene consecuencias importantes para el rendimiento y las características de la canal. (6-8)
La ERB es una enfermedad multifactorial que es causada por una combinación de infecciones virales y bacterianas. Puede desencadenarse por estrés (ya sea físico o fisiológico) debido a: condiciones ambientales adversas como un clima extremo, mal manejo, elevada densidad y transporte inadecuado.(1,8) En la Tabla 1 se muestra una lista con todos los factores que pueden estar involucrados en esta enfermedad
La ERB normalmente comienza cuando un virus infecta el epitelio del tracto respiratorio superior y causa lesiones como la pérdida de cilios y células caliciformes, lo que lleva a erosiones epiteliales. Esto podría progresar hacia una necrosis del epitelio y del tejido linfoide adyacente. El tejido lesionado presenta un aclaramiento mucociliar ineficaz, así como lesiones en la mucosa del tracto respiratorio superior. Es este daño al epitelio lo que resulta ventajoso para las bacterias, que producen infecciones secundarias y empeoran el estado de la enfermedad.(1,9)
Manheimia haemolytica en particular, así como otras bacterias oportunistas, aprovechan este estado inmunológico debilitado para infectar al animal. Esta bacteria está presente en mayor densidad en las fosas nasales de los animales estresados.1 Anteriormente, Manheimia haemolytica se consideraba el principal patógeno en los casos letales de ERB, pero estudios recientes sugieren que Pasteurella multocida se diagnostica con mayor frecuencia en tales casos.(1)
Los signos clínicos se observan típicamente en los terneros a los 7-10 días de un evento estresante (por ejemplo, la llegada al corral de engorde), pero pueden aparecer hasta 27 días después del evento estresante. Los signos clínicos incluyen secreción nasal y ocular, depresión, anorexia, fiebre de hasta 42ºC, aumento de la frecuencia respiratoria y tos productiva. La pleuroneumonía aguda es la principal causa de muerte en animales que padecen ERB, normalmente con lesiones serofibrinosas en los pulmones y la pleura, las cuales se encuentran con frecuencia en la necropsia. (1)
Las herramientas de manejo utilizadas para reducir los riesgos asociados a la ERB incluyen: intentar minimizar la inmunosupresión asociada al estrés, el soporte nutricional, la vacunación contra virus respiratorios y el uso prudente de antimicrobianos en ganado con alto riesgo de desarrollar ERB. Los antimicrobianos terapéuticos eficaces son esenciales para reducir la gravedad de la enfermedad, limitar la mortalidad y maximizar la rentabilidad. Sin embargo, la selección de un tratamiento farmacológico eficaz debe basarse en un control riguroso de la susceptibilidad a los antimicrobianos.(1,7)
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BIBLIOGRAFÍA